Es la capacidad que tiene la persona de dar respuesta a un estímulo externo determinado en el menor tiempo posible.
Un ejemplo claro de esta capacidad se da en el tenis de mesa, aquí los jugadores deben reaccionar rápidamente ante la velocidad y trayectoria de la pelota para poder devolverla de manera efectiva. La capacidad de reacción se observa cuando se enfrenta a golpes rápidos y variados por parte del oponente. Un tiempo de reacción rápido y preciso les permite ajustar su posición corporal, moverse hacia la pelota y realizar el golpe adecuado en el momento justo.
También es importante en otros deportes como el fútbol. En situaciones de juego rápido, los futbolistas deben reaccionar instantáneamente ante los movimientos de los adversarios y compañeros de equipo, anticipando las jugadas y tomando decisiones rápidas. Ya sea para interceptar un pase, realizar un dribling o efectuar un pase preciso, la reacción oportuna marca la diferencia en el resultado del juego.
La importancia en el deporte radica en varios aspectos. En primer lugar, una buena reacción permite a los deportistas responder rápidamente a estímulos imprevistos como movimientos inesperados del oponente cambios en el juego o situaciones de alta velocidad. Esto les permite adaptarse y tomar decisiones acertadas en tiempo real.
Además, reduce el tiempo de ejecución de movimientos lo que resulta en un mejor rendimiento y mayor eficacia en las acciones deportivas. Una reacción rápida puede marcar la diferencia entre ganar o perder un punto.